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“Lo que determina el carácter saludable de una dieta no es un solo alimento, sino el conjunto de toda la alimentación”

Comer es una de las pocas actividades que activa los cinco sentidos cuando esta se practica, facilita la convivencia y las relaciones sociales.

En nuestro día a día nos solemos preguntar en numerosas ocasiones si la alimentación que estamos siguiendo es sana y equilibrada. En el caso de las personas con parálisis cerebral la preocupación es mayor aún si cabe, ya que hay que tener en cuenta que tienen un movimiento limitado en la mayoría de los casos, por lo que el ejercicio que pueden llevar a cabo como complemento a su dieta, es menor al que puede realizar una persona sin este tipo de discapacidad.

Sin embargo David Expósito, nutricionista de AVAPACE, comenta que “en términos generales, no hay diferencias entre personas con y sin parálisis cerebral en lo que respecta a lo saludable o no de su alimentación. Una dieta o alimentación sana, independientemente del nivel de actividad física, es aquella basada principalmente en verduras y hortalizas y también frutas.”

Habrá que incluir también cereales principalmente integrales, y alimentos proteicos como las legumbres, huevos, lácteos sin edulcorar, carnes y pescados no procesados o mínimamente procesados, reduciendo a la mínima cantidad los productos como embutidos, precocinados o bebidas alcohólicas.

No existen porcentajes como tal que nos indiquen qué comer, pero como norma general, se recomienda que el 50% de nuestra alimentación sea verduras y hortalizas, el 25% cereales y el 25% restante legumbres, y si se opta una alimentación con consumo de animales y productos derivados de ellos, huevos, lácteos sin edulcorar, pescados, etc.. Además, para cocinar y aderezar, aceite de oliva virgen extra y como bebida de preferencia agua.  

No hay alimentos prohibidos en sí mismos, pero sí que hay unos más aconsejables que otros. A modo de ejemplo, Expósito comenta que “es evidente pensar que si normalmente no como lechuga, y un día, puntualmente, decido comerme una, eso no va a hacer que mi alimentación sea saludable. Del mismo modo, si durante toda la semana estoy comiendo saludable y un día decido comerme una longaniza, eso no va a influir en que mi alimentación no sea saludable. No hay que olvidar que lo que determina el carácter saludable de una alimentación no es un solo alimento, sino el conjunto de toda la alimentación.

Es importante dejar claro que se deberá individualizar la pauta a cada persona. En ciertos casos como alergias, intolerancias, disfagias u otras situaciones como celiaquía sí que hay alimentos prohibidos. Lo principal es personalizar la dieta y comer alimentos de temporada y proximidad, de esta forma nos aseguramos un sabor y textura más agradables, con posiblemente una mayor cantidad de nutrientes.

Con la llegada del verano podemos pensar que es necesario un cambio en la dieta que venimos haciendo durante el resto de año. Sin embargo David Expósito asegura que “la dieta en esta época estival debe ser la habitual, pero haciendo más hincapié en la hidratación. Esta puede obtenerse mediante agua o con frutas y verduras.”.

La hidratación es fundamental para las personas, el 60% de nuestro cuerpo es agua, en verano es más importante aún si cabe debido a que perdemos mucho líquido al producir más sudor. Por ello hay que tener especial cuidado con las personas con parálisis cerebral y grandes necesidades de apoyo, si no pueden llevar la bebida a la boca, la solución es un vaso adaptado. En el caso de que la persona rechace el agua, los saborizantes pueden ser un buen aliado, unas simples gotas de limón vertidas en el agua serán suficientes. Si hablamos de personas con disfagia, el uso de espesantes comerciales o texturizados sería lo más idóneos. En cuanto a quienes usan sonda, las recomendaciones generales en la hidratación para este tipo de alimentación serían suficientes.

Peso saludable

Muchos son los factores que influyen en tener un peso saludable, los más conocidos son la ingesta y la actividad física. Otro factor olvidado que interviene incluso más que los anteriores, son las emociones, que juegan un papel fundamental.

Para que una persona con parálisis cerebral gane o pierda peso, la recomendación es acudir a un dietista-nutricionista, ya que la dieta se debe individualizar. En el caso de que necesite engordar, se pueden añadir frutos secos o leche en polvo en su alimentación, también, batidos caseros.

Si por el contrario la persona precisa perder peso vamos a buscar la saciedad. Las frutas y verduras al inicio de la comida ayudarán a alcanzarla más rápidamente. También, beber agua poco antes de las comidas o durante las mismas y, por supuesto, evitar los productos no saludables.

Para finalizar no debemos olvidar que cuando una persona se alimenta, además de cubrir una necesidad fisiológica, busca un placer. En palabras del nutricionista David Expósito “comer es una de las pocas actividades, junto al sexo, que activa los cinco sentidos cuando esta se practica. Además, facilita la convivencia y las relaciones sociales. Por ello, se debe tener en cuenta que la preparación gastronómica sea agradable y sabrosa, tanto en olores y sabores como en texturas y colores; no impuesta, manteniendo en la medida de lo posible los gustos y preferencias permitiendo elecciones conscientes.”

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