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Rocío Padilla y Andreina Seriña dan su testimonio sobre nuestra formación de formadoras para el abordaje de la violencia sexual en la que han participado.

Las dos mujeres serán formadoras de otras compañeras con parálisis cerebral de sus entidades.

Rocío Padilla tiene 43 años y trabaja de recepcionista en el CAI de UPACESUR, su hobby favorito es viajar. Andreina Seriña tiene 27, es venezolana, pero vive en Barcelona, le encanta ayudar a los demás y por eso estudió integración social. Rocío y Andreina son dos de las mujeres que han participado en nuestra formación de formadoras para el abordaje de la violencia sexual que tuvo lugar el curso pasado. Con ellas hemos hablado de esta formación y de su futuro en el proyecto como formadoras de otras mujeres con parálisis cerebral de sus entidades.

Ambas mujeres aseguran que no lo dudaron cuando les propusieron participar en esta formación, Rocío nos comenta que se decidió porque anteriormente había realizado un protocolo social de violencia de género para ASPACE Andalucía “me pareció interesante y quise profundizar más en este tema.” Andreina por su parte asegura que quiso aprender más de este tema porque “hay muy poca información sobre la violencia sexual en mujeres con discapacidad”.

La formación consistió en una serie de sesiones virtuales en las que se profundizó en las acciones propuestas en el protocolo sobre violencia sexual que publicamos desde Confederación ASPACE el pasado año.  Este documento cuenta con herramientas prácticas para hacer posible un abordaje inclusivo ante cualquier proceso jurídico en el que estén inmersas mujeres con discapacidad, teniendo en cuenta sus necesidades de apoyo ya sean físicas, intelectuales, cognitivas o comunicativas.

Rocío comenta que la formación le sirvió para “darme cuenta de que normalizamos situaciones que no son normales”. Andreina no se sorprendió al conocer en el curso la violencia sexual que se ejerce sobre las mujeres con discapacidad, pero cree que es un tema tabú porque “no se expone en la sociedad, no aparece en redes sociales o en las televisiones”.

Las mujeres con parálisis cerebral son especialmente vulnerables a la violencia sexual, así lo recoge nuestro protocolo sobre este tipo de violencia, donde se señala que el 84,74% de la violencia ejercida contra mujeres con grandes necesidades de apoyo tiene que ver con presuntos delitos de carácter sexual. Ante estos datos, Andreina apunta “yo creo que el motivo de esta vulnerabilidad es la falta de información y recursos para poder enfrentarnos a esta situación o situaciones similares”. También Rocío se muestra de acuerdo y añade “somos más vulnerables porque pensamos que si denunciamos no nos van a creer, las mujeres que tienen problemas para comunicarse no denuncian por miedo a que no la entiendan y otras porque simplemente lo ven normal y piensan que se lo merecen.”

En cuanto a qué se plantean hacer en la red para cambiar la situación de estas mujeres, Rocío apunta que quieren “abrirlas los ojos, hacerlas ver que no todo vale, que hay situaciones que no se deben normalizar, intentar poco a poco que pedaleen ellas mismas.” Andreina propone “motivar e impulsar a las mujeres con discapacidad que sufren esta situación de violencia a que no tengan miedo de exponerla y denunciar públicamente su situación, ya que esto podría ayudar a mejorarla y aumentar así su valor como mujer”.

Al preguntarles sobre lo que han aprendido en la formación, Rocío responde que “a gestionar las situaciones de otra manera” mientras que Andreina comenta que ha aprendido que “si no se respeta nuestra intimidad no seremos capaces de identificar una situación de violencia, pero con la comunicación y el apoyo correcto se puede salir del maltrato.”

Finalmente, Rocío y Andreina hablaron sobre cómo se plantean la formación que en 2025 impartirán a otras mujeres de sus entidades como cierre del proyecto. Andreina asegura   “con mucha ilusión, voy a seguir en busca de más información de valor para así poderla transmitir en mi formación”. Rocío por su parte comenta que su objetivo va a ser “intentar abrirse a las chicas y ayudarlas a que aprendan a decir no a estas situaciones”.