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“El mentorazgo ha sido una experiencia de crecimiento personal y profesional”

Realizamos balance de nuestro proyecto piloto de mentorazgo entre adolescentes y adultos con parálisis cerebral de la mano de sus protagonistas. 

El objetivo ha sido que colaboren en el ejercicio y la autodefensa de derechos para lograr la igualdad efectiva. 

 

Javier Moreno y Rocío Molpeceres son los dos protagonistas del proyecto piloto de mentorazgo que hemos puesto en marcha en el Movimiento ASPACE durante este curso.

Rocío es trabajadora e integradora social, vicepresidenta de ASPACE Valladolid, ha escrito varios libros e imparte charlas de sensibilización sobre la parálisis cerebral. Javier acude a la Fundación Ana Valdivia, es un adolescente con mucho que decir y reivindicar como representante del Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia. Ambos decidieron a principios de año unirse en un proyecto piloto de mentorazgo, cuyo objetivo ha sido colaborar en el ejercicio y la autodefensa de derechos para lograr la igualdad efectiva. Además, también persigue su participación en foros sociales de entidades de discapacidad y otras organizaciones ajenas al sector para que sean ellos mismos quienes pongan de manifiesto sus propias demandas.

Así, a raíz de la puesta en marcha del proyecto, tanto Javier como Rocío, han participado en el diseño de la Estrategia Española de Discapacidad, Javier en el grupo sobre interseccionalidad y Rocío en el grupo motor. Asimismo, Rocío intervino en el acto organizado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 “Los Otros Armarios” y en el webinario de CERMI Mujeres sobre asistencia personal. Javier participará en septiembre en la investigación de CERMI Estatal sobre el Plan de Acción de Garantía Infantil.

Sobre el proyecto Javier comenta que “hemos podido aprender nuevas cosas, que nos han dado nuevos puntos de vista. Yo tenía una falta absoluta de referentes. De hecho, incluso no sabía si mi discapacidad física era para siempre porque no había visto nunca a adultos con parálisis cerebral. Conocer a Rocío y su pensamiento me ha ayudado a mejorar como persona y a saber que es posible llegar a hacer grandes cosas." Por su parte Rocío asegura que “personalmente tampoco tenía unas expectativas concretas sobre el proyecto. Me ha venido bien ver cómo, muy poco a poco, las cosas han ido avanzando y que no estoy sola, que hay gente joven que viene pensando como yo pienso.”

“De Rocío he aprendido distintos puntos de vista sobre cómo eran las cosas cuando ella era adolescente. Es muy luchadora y le encanta hacer todo lo que puede para intentar cambiar la sociedad, aunque el cambio tarde muchos años en llegar o incluso no llegue a cambiar del todo, yo, al menos, me siento feliz sabiendo que hay gente a la que esto puede inspirar a seguir luchando” comenta Javier.
En cuanto a qué ha aprendido Rocío de Javier, ella responde que “un montón de cosas. Las ideas tan claras que tiene, aunque a veces tenga momentos de bajón porque la sociedad es muy cruel, tiene un gran afán de superación. Y sobre todo me quedo con que, a pesar de su juventud, tiene las ideas muy claras.”

Javier afirma que el mentorazgo ha sido una muy buena experiencia y que es un proyecto que puede ayudar a mucha gente a aprender sobre temas legales en los que apoyarse para conseguir sus objetivos. Asegura que la explicación adaptada de la normativa ha sido de gran ayuda para él, y que sin ella no podría haber ejercido sus funciones en el Consejo Estatal de Infancia y Adolescencia porque eran documentos muy difíciles de comprender.
“Es una experiencia de aprendizaje mutuo donde todos aprendemos de todos, sin que nadie resalte por encima de nadie. Todos aportamos conocimientos y lo que sabemos lo transmitimos para intentar hacer un buen trabajo. Sin dudar repetiría la experiencia porque siempre puedes aprender más cosas de otras personas con parálisis cerebral”, asegura Javier.

En cuanto a qué mejoraría del proyecto, Rocío comenta que echa de menos que exista una fase inicial en la que se proporcione herramientas a la persona mentora para poder ejercer con seguridad sus funciones. Asimismo, cuenta que “en algunas situaciones he sentido que no lo he hecho del todo bien, pero he aprendido de los errores para seguir mejorando. Ningún día he salido del mentorazgo frustrada o con una mala sensación”.
Rocío nos asegura que repetiría la experiencia como mentora sin ninguna duda. “Para mí ha sido una experiencia de mucho crecimiento personal y profesional. Y es que siento que el mentorazgo se ha asemejado para mí a una experiencia profesional vinculada a mi formación.”

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