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Todas las personas con parálisis cerebral tienen derecho a una educación de calidad con independencia de sus necesidades de apoyo

Dentro de los seminarios web llevados a cabo durante nuestro Congreso online del Día Mundial de la Parálisis Cerebral, el martes 6 de octubre, fue el turno de “La educación en personas con grandes necesidades de apoyo”, donde hablamos sobre el impacto de la normativa en la escolarización de estas personas y sobre educación inclusiva.

El derecho a la educación es por tanto un derecho fundamental, la regulación de la educación exige un consenso parlamentario y un necesario diálogo civil que garantice principios esenciales como la inclusión y el interés superior del menor. En palabras de Ángeles Blanco, responsable de derechos y asesoría jurídica de Confederación ASPACE, “no podemos hablar de educación inclusiva sin cobertura de las diferentes necesidades y promoción de las distintas capacidades.”

La educación ha de regularse atendiendo a las necesidades de todas las personas, sin excepción y sin dejar a nadie atrás. La realidad de la parálisis cerebral es heterogénea, no hay una persona igual a otra, por eso para hablar de inclusión hay que considerar a todas. Según Ángeles Blanco, “esto supone comprender que la inclusión es directamente proporcional al fomento de capacidades educativas, y en tanto a ello, todas las modalidades de escolarización son inclusivas. “

Carlos Fernández, psicólogo de APACE Toledo se encarga de realizar en el centro de educación especial el proceso de evaluación de niños y niñas. Él mismo nos comenta que “no es algo aséptico, sino que va a depender mucho cómo puede ser el desarrollo de la persona, cómo es su proceso de aprendizaje, su evolución y sobre todo su proyecto de vida. Hay que ver el nivel de competencia del niño o la niña con ayuda de sus compañeros y compañeras, de adultos y de los materiales de que dispongamos. Con ello llegaremos a las adaptaciones curriculares y a mejorar su aprendizaje para su proyecto de vida.”

El 80% del alumnado con parálisis cerebral tiene grandes necesidades de apoyo, ya sea a nivel cognitivo, físico o una combinación de ambos. Por ello para su inclusión en un colegio ordinario se tendrán que realizar, según las necesidades de la persona, diferentes tipos de adaptaciones: de acceso, que pueden ser de materiales o eliminación de barreras arquitectónicas; entre otras; adaptaciones no significativas, que se refieren  a la adaptación de los tiempos, las actividades, la metodología,  y las técnicas e instrumentos de evaluación; o adaptaciones significativas y muy significativas, referidas a contenidos, objetivos criterios de evaluación, etc…

Gema López de Ludueña, directora y maestra pedagógica en APACE Toledo señala que “en base al dictamen de escolarización será la comisión de escolarización provincial la que emitirá una resolución con la modalidad de educación que se va a seguir con cada alumno o alumna evaluado ”. Se pueden dar tres tipos de escolarización: “ ...completa en centro ordinario, completa en centro de educación especial, o escolarización combinada. “

Silvia Salvador San Francisco es madre de Gonzalo que realiza educación combinada en ASPACE Gijón y en un colegio ordinario de integración, habla sobre la experiencia educativa de su hijo “hemos conocido las bondades de la educación especial y los beneficios de la ordinaria. Este es el cuarto año que mi hijo Gonzalo disfruta de un programa de educación combinada. Gracias a la educación especial Gonzalo ha conseguido mejorar en comunicación oral, ha descubierto sus capacidades de movilidad y ha conseguido aprender movimientos vitales. Lo hace todo a su manera que es la que a él le vale. Incluso hemos llegado a participar en una bicicletada en el colegio de integración al que asiste. Pero esto se acaba y actualmente solo va un día a la semana porque no hay recursos suficientes para tener un profesor de apoyo.”

Desde Confederación ASPACE creemos que la inclusión es efectiva si se tiene en cuenta la diversidad del alumnado y muy especialmente si se tiene en cuenta la especificidad del alumnado con parálisis cerebral. La inclusión pasa por la articulación de ajustes razonables y ello no se refiere al proceso de escolarización, si no a la dotación de recursos materiales y humanos suficientes para posibilitar una atención educativa individualizada, ya sea en una modalidad educativa ordinaria o en una especializada. Este abordaje   es   complejo   y, por   ello,   es   necesario   formular   una   política presupuestaria  que  lo  garantice.

Además las titulaciones deberían tener  en  cuenta  la  adquisición  de competencias a    través    de    adaptaciones    curriculares    adecuadas    y personalizadas. Siempre que el alumnado cumpla con los objetivos fijados en la adaptación curricular, tendría que recibir la titulación correspondiente. De lo contrario, se vacía de contenido el  proceso  educativo  en  su  modalidad  ordinaria y  se vulnera el derecho a la educación de las personas con discapacidad.

Álvaro Pedraza de ASPACE Cáceres comenta respecto a este aspecto “estuve en un colegio con chavales sin discapacidad. Cuando teníamos exámenes no me daban el tiempo suficiente para realizarlos, al final me pasaron a diversificación curricular por los problemas que tenía y por repetir un año, aunque normalmente los alumnos pasaban a esta opción cuando repetían dos años. Finalmente, no me dieron el título, pero lo conseguí al hacer el módulo de grado medio de administración de empresas. “

También Noelia López comenta la importancia de recibir el título tras su etapa educativa, ella no lo consiguió y ahora está realizando un módulo de restauración para obtenerlo. “El saber no ocupa lugar, pero lo que yo quiero principalmente es el título. Sin título sé que no voy a poder trabajar. Yo quiero trabajar. Quiero ser una persona más dentro de la sociedad.”

La escolarización ordinaria puede facilitar la inclusión, pero lograr esto implica, necesariamente, impulsar políticas activas de inclusión tanto en el ámbito académico como en el resto de ámbitos de la vida. Confederación ASPACE apuesta  por  una  educación  a  la  medida  para  cada  alumno  y  cada alumna, cuyo principio básico ha de ser la atención centrada en la persona y el apoyo a sus necesidades específicas. Desde esta perspectiva, la  modalidad  educativa  no  es  lo  esencial  o  lo  prioritario;  lo  primero  son  las necesidades  del  alumnado.  Para  cubrirlas  son  necesarios  ciertos  recursos materiales y humanos que se han de proporcionar en la modalidad ordinaria, e incrementos  de  dotación  presupuestaria  en  la  especial  para  garantizar  que ningún niño o niña se quede atrás en términos educativos.

ESCUCHA EL SEMINARIO WEB COMPLETO “LA EDUCACIÓN DE LAS PERSONAS CON GRANDES NECESIDADES DE APOYO”

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