El tercer día nos decidimos a visitar la localidad de Teverga, donde se encuentra el Parque de Prehistoria y el inicio de la Senda del Oso, ruta de senderismo adaptada.
El segundo día de nuestra estancia en Felechosa tuvimos problemas técnicos con el elevador de nuestro autobús y tuvimos que cambiar de planes.
Dedimos que como no podíamos llegar hasta Gijón, ¡qué mejor plan que bajar hasta el pueblo de Felechosa a conocerlo un poquito más y hacer una sesión vermut mañanera!
Bajar hasta el pueblo lleva unos 10-15 minutos desde la Residencia Spa "La Minería". Por el lado izquierdo de la carretera que nos lleva hasta él hay acera, aunque por momentos es tan estrecha que tuvimos que utilizar el arcén. El tráfico no es muy abundante y el arcén es amplio con lo que, con cuidado, logramos llegar hasta el centro del pueblo.
Este es bonito, con casitas de dos plantas, alguna tienda donde poder comprar productos típicos de la zona y sidrerías donde tomarse algo. Hicimos del Restaurante Casa "El Rápido" nuestro centro de operaciones, y nos cuidaron y trataron fenomenal.
Ya por la tarde pudimos disfrutar del spa, aunque no todos ya que la grúa que tanto necesitábamos para que algunas personas pudiesen acceder a sus instalaciones, estaba estropeada y se quedaron con las ganas. Con algo de rabia, no os lo voy a negar, avisamos al servicio de mantenimiento del centro para ver si el problema pudiera estar solucionado para el siguiente día que teníamos previsto bajar al spa.
Y así trascurrió nuestro segundo día en Felechosa, tranquilo y de relax, pero con tiempo para compartir momentos sin prisas.
Al día siguiente, con el bus ya a punto, nos desplazamos hasta Teverga, un concejo al sur del Principado. Nos acercamos hasta allí porque queríamos conocer de primera mano el Parque de la Prehistoria y acercarnos hasta la Senda del Oso, maravillosa ruta de senderismo adaptada.
Al bajar del autobús, el paisaje tevergano nos impresionós. Qué montañas, cuánto verde, qué precioso todo. Así, sobrecogidos, entramos en las instalaciones del Parque de la Prehistoria, y lo primero que vieron nuestros ojos fueron caballos (luego nos explicaría nuestro guía Pelayo que son caballos Przewalski o caballos tahkis, que están representados en el arte rupestre) y vacas y cabras y ¡búfalos!
Tras esto, conocimos a nuestro guía Pelayo, una persona genial que nos contó todo lo que debíamos saber sobre la Prehistoria y el arte rupestre y, con él, bajamos "a las profundidades" para conocer tres cuevas muy importantes donde se ven representadas aquello que a los Homo Sapiens del momento les gustaba y veneraba de la naturaleza: la sala de los polícromos de la cueva de Tito Bustillo (Asturias), el salón negro de la cueva de Niaux (Francia) y el camarín de la cueva de Candamo (Asturias). Nos encantó todo lo que nos contó y pudimos ver allí.
Después, Pelayo nos acompañó hasta la Galería, donde nos contó cómo era el hombre paleolítico y conocimos su arte, los motivos que representaba y las técnicas que utilizaba.
Nos despedimos a mediodía, para comer de picnic en una zona de mesas de la que dispone el parque, al lado de la cafetería. Comentaros al respecto que la cafetería sólo abre los fines de semana, así que si os animáis a ir hasta allí debéis tenerlo en cuenta.
Tras comer, dimos un paseíto para ver los animales del parque y el paisaje y nos retiramos a Felechosa a pensar en nuestra siguiente visita: ¡Gijón!
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